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Elegir la pintura adecuada para exteriores es una decisión crucial para garantizar que una fachada o estructura luzca bien y resista las condiciones climáticas adversas a lo largo del tiempo. No solo se trata de darle un acabado estético atractivo, sino también de proteger las superficies de la humedad, los rayos UV, el viento y otros factores ambientales que pueden desgastar los materiales. En Bolaños Lozano, sabemos que seleccionar la pintura perfecta requiere tener en cuenta diversos factores como la durabilidad, resistencia y, por supuesto, el aspecto estético. En este blog, te explicamos cómo elegir la pintura adecuada para exteriores y qué aspectos debes tener en cuenta.

Resistencia a la intemperie: el factor clave para exteriores

El principal objetivo de cualquier pintura exterior es proteger las superficies de los elementos climáticos. La exposición continua al sol, la lluvia, el viento y los cambios bruscos de temperatura pueden dañar el acabado de una fachada si no se elige la pintura adecuada. Por eso, la resistencia a la intemperie es el primer factor que debes considerar.

Una pintura exterior de calidad debe tener una buena resistencia a los rayos UV para evitar que los colores se desgasten o amarilleen con el tiempo. Además, debe ser impermeable o hidrófuga, para prevenir la absorción de agua y evitar la aparición de moho, hongos o fisuras en las superficies.

Nosotros recomendamos optar por pinturas acrílicas o de resinas de silicona, ya que son las más efectivas para resistir las inclemencias del clima. Estas pinturas ofrecen una barrera protectora que evita la penetración de agua, lo que es clave para mantener las paredes exteriores en buen estado durante muchos años.

Durabilidad: ahorro a largo plazo

Otro aspecto fundamental al seleccionar pintura para exteriores es la durabilidad. Una pintura exterior de baja calidad puede requerir repintado cada pocos años, lo que a largo plazo representa un gasto considerable de tiempo y dinero. Por otro lado, invertir en una pintura de alta durabilidad te asegura una protección prolongada y menor mantenimiento.

Las mejores pinturas para exteriores son aquellas que cuentan con una formulación especial para durar al menos 10 años sin perder su color o integridad. La pintura elastomérica, por ejemplo, es ideal para superficies que tienden a expandirse y contraerse con los cambios de temperatura, ya que se adapta al movimiento sin agrietarse ni desprenderse.

El tipo de superficie: cada material requiere un tratamiento diferente

Antes de decidir qué pintura usar, es importante considerar el tipo de superficie a la que será aplicada. Los diferentes materiales (madera, ladrillo, cemento, metal) requieren tratamientos específicos para asegurar una buena adherencia y durabilidad.

– Superficies de cemento o ladrillo: Estas superficies porosas deben ser selladas previamente con un imprimador para asegurar que la pintura no se absorba de manera desigual. Las pinturas acrílicas son una excelente opción para este tipo de superficies, ya que permiten una buena transpirabilidad y flexibilidad.

– Superficies de madera: La madera necesita una pintura que ofrezca protección contra la humedad y los rayos UV. Las pinturas base aceite son ideales para superficies de madera exteriores, ya que penetran en la madera y forman una capa protectora resistente.

– Superficies metálicas: En el caso de los metales, es crucial elegir una pintura anticorrosiva que evite la oxidación. Las pinturas epoxi son una excelente opción para este tipo de superficies, ya que ofrecen una gran resistencia y protección contra el óxido.

Estética: elige el acabado perfecto

La estética también juega un papel clave en la elección de la pintura. Además de proteger, la pintura debe embellecer la estructura y resaltar sus mejores características. A la hora de elegir colores, considera tanto el entorno como la función del edificio. Los tonos claros suelen ser más recomendables en climas cálidos, ya que reflejan el calor, mientras que los tonos más oscuros pueden agregar elegancia y modernidad a climas más fríos.

Además, también es importante decidir qué tipo de acabado deseas. El mate, es ideal para ocultar pequeñas imperfecciones en la superficie. Es una buena opción si quieres un acabado sobrio y elegante. El satinado, ofrece un brillo sutil que resalta los detalles arquitectónicos y es fácil de limpiar, siendo una opción muy popular para exteriores. Y, por último, el brillante, proporciona un acabado lustroso y reflectante, aunque es más susceptible a mostrar defectos en las superficies.